Miguel Angel Sabal: Eduverso, un nuevo desafío de los colegios privados y los hacedores de políticas públicas en educación
Análisis de: Miguel Angel Sabal
Cada vez que existe una disrupción tecnológica que anticipa una evolución cuántica en las herramientas que pueden contribuir en el proceso de enseñanza, unos celebran y otros se estresan.
Celebran, los abanderados del cambio, los innovadores y los que entienden que los métodos de enseñanza actuales no son infalibles y que deben ir adaptándose a la velocidad en la que la tecnología avanza.
Se estresan, con toda razón, aquellos que durante años se han dedicado a cerrar brechas entre las instituciones educativas privadas que cuentan con recursos y con procesos flexibles y las instituciones educativas que forman parte del sector público, que además de tener presupuestos que difícilmente alcanza para su precario funcionamiento, forman parte de estructuras burocráticas oxidadas en las que cambiar, no es un opción.
Hoy en día hay mucho que celebrar y mucho que preocuparse con la aparición de innovaciones tecnológicas que parecieran extravagantes, pero que sin temor a equivocarme, serán herramientas transversales y calificadoras en la educación privada, en un periodo no mayor a los dos años. Se trata del Eduverso.
El Eduverso es el metaverso en la educación.
Y ¿Qué es el Metaverso?. Según un artículo publicado en Agosto de 2022, el Metaverso es una realidad digital a la que accedemos a través de dispositivos especiales como gafas de realidad virtual o aumentada a través de las cuales podremos interactuar con otros usuarios.
Cada uno de estos usuarios tendrá un avatar (su personaje en el mundo virtual) e interactuarán a través de objetos en mundos inmersivos (SÁEZ HURTADO, 2022)
El Eduverso es entonces, el concepto que implica la incorporación de herramientas de realidad virtual y aumentada en el aula de clase, para generar espacios totalmente inmersivos que faciliten al profesor entregar un contenido basado en una experiencia ultra realista a través de la tecnología.
Ya los colegios públicos y privados en Estados Unidos, Europa y algunos países de Asia están implementando soluciones que incorporan realidad virtual y aumentada en todos los salones de clases. Italia, Polonia, Singapur e Inglaterra son países pioneros en los que inclusive el sector público ha realizado inversiones millonarias orientadas a que todos los jóvenes y estudiantes se expongan a esta tecnología de manera temprana.
Miguel Angel Sabal: ¿El Eduverso es un lujo o una necesidad?
Si se hubiera preguntado hace 25 años (finales de los años 90) a los ministros de educación de América Latina, si era necesario que las escuelas públicas hicieran un esfuerzo por tener acceso a internet total o parcialmente, muchos, la gran mayoría, hubiera asegurado que las escuelas tenían necesidades de orden primario (pirámide de Maslow) mucho más básicas para al menos garantizar su funcionamiento, y hubiera habido un consenso bastante generalizado que tener internet era un lujo, no prioritario.
El problema de la falta de visión es que a pesar que en el año 2023, todos reconocen que el internet y en general las tecnologías de información y comunicación, son herramientas básicas y necesarias para el aprendizaje y la educación, hoy en día solo el 30% de las escuelas públicas de América Latina han logrado instalar internet en sus instalaciones. (BID, Banco Mundial, El Diálogo, 2021) .
Un resultado súper dramático que no es más que consecuencia de no haber identificado a tiempo la importancia de incorporar la tecnología y las herramientas digitales como parte del proceso de enseñanza.
De manera análoga ocurre con la realidad virtual y aumentada. Hoy en día, pocos millones de estudiantes del mundo desarrollado están recibiendo contenidos a través del Eduverso y se están exponiendo a experiencias inmersivas espectaculares que les permiten desde su salón de clases recorrer el mundo y conocer diferentes culturas, aprender idiomas, explorar con ultra realismo la ciencias naturales, la geografía, la naturaleza, conociendo de primera mano a través de una extensión de la realidad: la realidad virtual.
Y mientras eso ocurre, los hacedores de políticas públicas posiblemente estén pensando que el Eduverso es un lujo, innecesario, costoso y que no genera valor.
El lamentable y aún más dramático resultado será más brechas en tecnología, más desigualdad, más pobreza y menos integración social.
Un enfoque optimista y alternativo: cómo incluir a las escuelas públicas en el Eduverso en países pobres y desiguales
Aunque pareciera un cuestionamiento la falta de visión de los tomadores de decisión en los sectores públicos, sobre la obligada relevancia de incluir, sin retraso, la tecnología como parte de la cadena de valor de la enseñanza, la verdad es que la escases de recursos justifica en gran medida el no poder hacerlo cuando las necesidades de las escuelas públicas, sobre todo las rurales, son mucho mayores a los recursos económicos disponibles.
La desinversión en educación de los países en vías de desarrollo ha generado décadas de retrasos que difícilmente se van a poder resolver en poco tiempo.
Sin embargo, existen formas alternativas y transitorias que pueden progresivamente ir incorporando la realidad virtual y aumentada como estrategia para mejorar y fortalecer el proceso de enseñanza en escuelas de sectores vulnerables, al tiempo que se atienden las necesidades primarias y básicas de infraestructura estos países pobres y con recursos limitados.
Una experiencia exitosa con el acceso a internet, podría ser una forma de hacer eficiente y factible la incorporación de las escuelas públicas al Eduverso. Así como a principios del siglo 21, se crearon los Infocentros o bibliotecas virtuales, esos espacios públicos en los que los estudiantes podían navegar por internet por un tiempo limitado, investigar y realizar sus tareas, se podría implementar una estrategia ganadora con la realización de HUB de Realidad Virtual.
Espacios acondicionados para que maestros de diferentes escuelas puedan dictar algunos módulos de currículo educativo a través del Eduverso.
Los HUB de realidad virtual, serían espacios compartidos entre cluster de escuelas.
En ellos se pueden ir realizando entrenamientos masivos de docentes de cómo preparar una clase en el Eduverso, cómo se logra captar la atención de los estudiantes y cómo esta herramienta permite un salto cuántico en la experiencia de aprendizaje a través de una interacción realista en algunos contenidos del currículo.
Esta estrategia puede ser implementada por el sector público de manera de democratizar el acceso al Eduverso de una manera eficiente a través de espacios compartidos.
También puede ser implementada por organizaciones de la sociedad civil que trabajan en la disminución de brechas digitales en estudiantes de sectores vulnerables o, finalmente, puede ser una forma de las agencias de cooperación internacional de los países desarrollados de contribuir a disminuir las brechas en tecnología, a través de la instalación de estos espacios compartidos de realidad virtual y aumentada.
Miguel Angel Sabal: Las escuela privadas o se montan o se encaraman.
Pero las escuelas privadas de América Latina tampoco están al nivel de los países desarrollados en cuanto a incorporación al Eduverso se refiere. La adopción de esta tecnología sigue siendo muy incipiente, aunque destacan estados como Nueva León en México y Santiago de Chile que han identificado de manera temprana esta necesidad, la dificultad de superar las barreras de entrada de nuevas tecnologías como parte del proceso de enseñanza también son un gran reto en el sector educativo privado latinoamericano.
Los colegios con doble pensum y con currículos internacionales de origen europeo, empiezan a mirar con beneplácito la incorporación de la realidad virtual y aumentada como una acción obligada, que difícilmente puedan seguir postergando.
Sin embargo, también presentan grandes desafíos operativos: la resistencia al cambio y las brechas tecnológicas de la planta docente que se traducen en poca disposición a incorporar disrupciones tecnológicas tan grandes en el proceso de enseñanza; la disponibilidad presupuestaría y poca inversión en infraestructura tecnológica y por tanto, la inminente necesidad de trasladar los costos de adquisición de la tecnología a la matrícula que pagan los padres y representantes, quienes posiblemente tampoco entiendan la urgente necesidad de montarse en la ola de la tecnología para hacer que sus hijos sean exitosos en un mundo cada vez más global, cada vez más competitivo y cada vez más virtual.
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